'Las prisiones no están preparadas para reclusos
enfermos mentales'
ü 'Esto es un problema para los mismos internos y
evidentemente para los profesionales'
ü Los extranjeros se sitúan en torno al 30% del total y su
número ha descendido en unos años
ü 'Al tocar fondo, recurres al nivel más profundo que es el
espiritual, pese a negarlo antes'
ü Los internos esperan 'que les respetemos y que no les
juzguemos por lo que han hecho'
En la provincia de Castellón hay dos prisiones, una situada en
Castellón ciudad que es un centro pequeño con 532 reclusos en total,
de los que 53 son mujeres y 479, hombres, y la de Castellón II situada en la
población de Albocàsser, que tiene una población reclusa de 1.205 internos,
todo hombres.
Arquitectónicamente son
muy distintas. Albocasser
es de nueva construcción, donde los módulos donde viven los internos son
edificios completamente separados unos de otros y los espacios que los
comunican son amplios y al exterior. La de Castellón I es un centro viejo que
tiene más de 25 años. Aunque por dentro el equipo directivo
actual ha realizado muchas reformas y no da la sensación de viejo y gris, esta
prisión es todo un edificio y no hay zonas amplias, "es una prisión de
mucho hormigón".
Así nos describe los
centros penitenciarios Sonia Barreda Padres. Es la delegada de la pastoral
penitenciaria en la diócesis de Segorbe-Castellón. Nacida en Vilafranca, casada
y con dos hijos, visita a los reclusos junto a
los tres capellanes encargados de atender las prisiones de Castellón I -Domingo
Lorenzo- y Castellón II -Jordi Mas y Joan Alonso.
Las prisiones se
estructuran todas en departamentos o módulos.Cada
módulo está destinado a un tipo de personas en función de sexo, edad (en
algunos casos si hay departamento de jóvenes), en función de la situación penal
que tengan (preventivos o penados), en función de su comportamiento, etc... En todas las prisiones hay
departamentos de Enfermería, donde se atiende a los enfermos con profesionales
de la Sanidad; departamento de Ingresos, donde van cuando llegan a la prisión y
hasta que se les hace el primer reconocimiento; y módulos de aislamiento, donde
puntualmente algún interno tiene que ser llevado para cumplir alguna sanción.
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